Suelo radiante:
El confort se podría definir como un estado de bienestar físico. Las personas necesitan una temperatura algo mayor en los pies que en la cabeza (entre 22 y 25ºC en las zonas inferiores de la estancia y 19 y 21ºC a la altura de la cabeza) para conseguir un mayor estado de confort.
Un sistema de calefacción por suelo radiante es el más adecuado para alcanzar este nivel de confort.
El suelo radiante consiste en la introducción de calor en el suelo dejando que la radiación climatice la estancia. Este sistema de calefacción es una evolución de una primitiva técnica romana llamada ¨Hipocasus¨ que consistía en la construcción de canales por debajo del suelo por los que circulaba aire caliente.
En la actualidad el principio de funcionamiento es muy parecido pero se ha cambiado el fluido caloaportador, reemplazando el aire por agua que es conducido a través de tuberías de polietileno reticulado.
El suelo radiante es un sistema de calefacción a baja temperatura, el cerramiento es el que irradia calor, ya que el elemento calefactor está incorporado en el suelo. Una buena instalación de suelo radiante ocupa la mayor parte de la superficie del suelo, lo que provoca una correcta distribución de calor en todos los puntos de la estancia calefactada.